domingo, 20 de julio de 2008

Yo te pregunto



¿Puedo poner mi cabeza sobre tu hombro?
¿Sentir que bajo tu pelo es tiempo de tregua?
¿Puedo cerrar los ojos y descansarme?
¿Suspirar a gritos y echar abajo
todo lo que parezca ser una espina?
¿Puedo sobre tu hombro, como en el pasto,
mirar la noche y contar estrellas?

¿Podrán tus manos entre mi pelo saber del agua?
¿Podrás con tus dedos escarbar el sueño?
¿Seguro que no te aplasto, ni es doloroso?
¿Puedo quedarme ahí hasta mañana,
hasta el pasado,
hasta el ahora en mí, completamente
y vaya recordando cómo se olvida?

A veces no soy de mármol.
Estoy de brizna y prisionero de cualquier viento.
A veces no soy de carne
o mejor dicho,
no soy de roca en la repetida ola del día.

Por éso,... y sólo por eso,
yo te pregunto,
...¿puedo poner mi cabeza sobre tu hombro?

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