domingo, 20 de julio de 2008

No puedo evitar ciertos eclipses



Me pasa a veces que no puedo evitar ciertos eclipses
como cuando el árbol, detenido en la vereda
se torna menguante tras tu espalda.

Ayer me puse a trajinar el vino
copa contra la luz para mirar su sangre,
gocé su olor uva y almendra,
le hice danzar girando el cáliz.
Y cuando lo detuve, más desnudo
desprendiendo otros secretos
madera, savia, tierra y tiempo en la vasija,
hasta obtener el porte, su capa vegetal y el ceño duro.

Mecí la copa para beberlo en danza,
(y como siempre me suceden los eclipses)
… cuando,
otra vez contra la luz para mirar su estirpe,
al fondo estaba tú
en muslos semiabiertos desnudos en menguante.
Detuve el cristal frente a mis ojos,
esperé pacientemente que el cielo transcurriera
y cuando te moviste
al fondo de tu falda se vio tu luna nueva.

No quise beber.
¿Es por el vino?
Es por la copa, respondí.

Te vi cambiar vasijas varias veces,
y luego en las preguntas
y yo siempre respondiendo:
le falta fuego a esa,
le falta a aquella la línea más solemne
y todas están hechas para cualquier brebaje,
ninguna está en la exacta arquitectura,
ninguna llega al cielo
y quiero que me entiendas:
vino vivo,
boca viva,
vidrio inerte
ninguna se estremece si derramo estas uvas después de andar la alquimia,
…debo encontrar la copa justa para beber en rito.


No querías creer que sucedía.
No creías creer que entre tus senos
te derramara un tercio de mi vino.
No querías creer que hiciera el viaje
mojándote el ombligo, tu pubis enramado,
y siempre descendiendo
llegando en tempestad, como lamiendo,
tus labios luna nueva entre los muslos.
No podías creer que de improviso
el vino te mordiera,
el vino te mojara seminal
… y lo mordieras.

Poco a poco, para durarlo siempre
dejé caer la lluvia como un hilo sobre el vientre.
Y lo bebí mezclado en el ánfora precisa
y fueron cuatro labios sedientos en la angustia,
lengua y boca a perseguir el vino
el néctar de tu adentro rompiendo las compuertas
mis labios resbalándose en dos vinos
tu luna palpitando en mi saliva
mi boca era empapada en dos espumas
… y el vino todo convertido en fuego
el fuego todo convertido en grito
el grito todo convertido en beso
y todo convertido en nuestro
y lengua lamiendo los espamos,
… los espasmos
uno tras otro, los espamos
… lentos,
cayendo como gotas desde el cielo
… hasta el último
que propuso –aunque no creas- un nuevo eclipse:

que aquí estoy yo, boca en espera
que en medio de los dos, nos queda vino
y que al fondo estás tú, de luna llena.

Este día se llueve por todas partes



Este día se llueve por todas partes
a pesar de que el sol nos está mirando
colgado como luna y los ojos fijos.

No tengo donde ir y tampoco quiero,
porque sé que no hay un lugar seguro,
un lugar en lento
un lugar sin dientes,
un sitio por donde nunca esta lluvia seca
se haya posado,
a inundarme todo, hasta los zapatos.

Este día está mojado como una frente,
gris, entremedio de todos los arcoiris,
solitario y vacío en la muchedumbre.

Este día está hecho de mil neblinas,
este día parece como que llueve,
en realidad el sol se convierte en agua,
en realidad la luz anda de tormenta
haciéndome en la piel un nuevo tatuaje,
dibujado todo, como de barro
hundido y marcado por el granizo,
a pesar del sol y sus ojos fijos.


Ya ni siquiera sé lo que está pasando
sólo sé
que este día se llueve por todas partes.

Encuéntrame



Estoy en ti
y he perdido la memoria.
No sé si siempre estuve
o estoy estando mientras pueda sujetarme
al hilo que me extiendes cuando sientes
que también estoy en ti, cuando te siento.

Encuéntrame
vivo dentro de ti en una esfera.

Cerca del corazón tiene que ser
porque siento galopar a veces tu caballo en triste
tu caballo llorando la palabra mordida,
la palabra encerrada
en relincho hacia el cielo
en relincho de iras.

Encuéntrame.
cerca del corazón tiene que ser
porque he visto navegar un barco de papel jugando por tu sangre.

Siento latir tu risa,
siento todos los mares que imaginas,
el violín de gemidos entre los muslos,
y toda fantasía tuya, envueltas de fantasmas
pasando a cada rato, desde siempre
repitiendo el silencio
volviendo a repetirse amordazados
como voces que nunca participan
porque siempre le cierras la puerta de tu boca.

Cerca del corazón también estoy
tratando de decirte a gritos
que dejes suceder lo que me debes.

Me debes: que tus manos derramen su calor al pelo,
me debes: que tus ojos son palomas sin mensajes,
me debes: dejar de ser fantasma.
me debes: existir a una distancia donde pueda
sacar el calor de tu saliva.

Encuéntrame
te doy algunas coordenadas.
Trata de recordar algunas cosas.
¿Recuerdas hacia dónde iba volando esa última tristeza?
¿Qué hay más allá de cada comisura tuya?
¿Dónde está el silencio cuando me recuerdas?
¿Por dónde sale tu alma a suceder junto a la mía?
¿Dónde dejaste el beso que no pudo?
¿Dónde comienza a doler esto que duele?
¿Dónde, estos fantasmas comienzan a cantar una esperanza?

Si me quieres encontrar, estoy en ti.

Encuéntrame
y dile (al que yo soy) que me lo cuente todo.
Y luego,.... si alguna vez nos vemos,
al oído,
repite cada una de mis propias voces.
Quiero saber de mi,
cómo sucedo, qué es lo que quiero y cuánto necesito
... y dímelo al oído,
que nadie se entere,
porque quiero saber de mi, con tus propias palabras.

Te me vas a pasar... como la primavera



Te me vas a pasar,.... como la primavera.
No sé porqué lo digo,
si lo único que tengo
es un beso que es tuyo
que nunca ha sucedido.

Mi corazón atado al borde de tu boca
despertará sin ti cualquiera de estos días
sin fuego y sin memoria
navegando en la ausencia
rodeado de vacío
y no podrá jamás latir junto a tus manos.

Te me vas a pasar,.... como la primavera
y no será sencillo quedarme sin tus soles,
vivirme en la invisible espuma de ese frío
cuando ya no te pienso
cuando ya no te llevo
cuando eres sólo un eco de pasos invisibles.

Te me vas a pasar,... como la primavera
y volveré a mis alas
a ser de nuevo el dueño de mi propia saliva,
me abrazaré a mis días,
retornarán mis pies al centro del camino
a suceder en vuelo,
en luz y carne viva,
en libre de tu cielo,
en derramado todo,
en explotar profundo,
en viaje derretido,
en medio de tu beso que nunca ha sucedido.

Te me vas a pasar,... como la primavera
... a menos, que no quieras.

Yo te pregunto



¿Puedo poner mi cabeza sobre tu hombro?
¿Sentir que bajo tu pelo es tiempo de tregua?
¿Puedo cerrar los ojos y descansarme?
¿Suspirar a gritos y echar abajo
todo lo que parezca ser una espina?
¿Puedo sobre tu hombro, como en el pasto,
mirar la noche y contar estrellas?

¿Podrán tus manos entre mi pelo saber del agua?
¿Podrás con tus dedos escarbar el sueño?
¿Seguro que no te aplasto, ni es doloroso?
¿Puedo quedarme ahí hasta mañana,
hasta el pasado,
hasta el ahora en mí, completamente
y vaya recordando cómo se olvida?

A veces no soy de mármol.
Estoy de brizna y prisionero de cualquier viento.
A veces no soy de carne
o mejor dicho,
no soy de roca en la repetida ola del día.

Por éso,... y sólo por eso,
yo te pregunto,
...¿puedo poner mi cabeza sobre tu hombro?

miércoles, 16 de julio de 2008

En dirección contraria sin ganas de soltarnos


Tú y yo, como la vida
hemos creado un círculo,
poniendo nuestros cuerpos paralelos,
cabeza en dirección contraria y encajados,… sin ganas de soltarnos.

Bocas que tenemos un prisionero adentro conociendo el cielo.
Bocas nuestras escarbando, desentrañando el cómo somos en los pliegues,
aprendiendo en la piel, aquel sabor a sal que emana en gotas,
lentamente convertido en miel
… y la comemos.

Estoy en boca adentro tuya,
alma en erecto, carne empinada,
mía fruta fálica exprimida por tu lengua.
No quiero salir de esa caverna.
Me gusta estar cautivo, le gusta sentirse cada vez más piedra,
me gusta ser un dios que te provoca un hambre adentro,
me gusta que lo ames, lo veneres,
me gusta ser comido y prisionero de tus dientes.
Me gustas, atrapada en los espasmos,
en vulva palpitando,
en hambre antigua,
en libertad, en plena selva,
en tiempos que no éramos pudores,
en tiempo primitivo,
cuando era necesario, ser dos lamiéndole la sangre
a la misma manzana.

Al mismo tiempo sale a ser comida hacia mi boca, el néctar tuyo.
No todos los días, alguien con tu poder, alguien sacerdotisa,
te quiere convertir en ese espacio donde romperse entera en alaridos.
No todos los días se participa en ritos,
no todos los días se abre ante nosotros, en Tiempo Magia,
la Rosa escondida entre las piernas, de esta mujer que habita en tu profundo,
y te pide que te extiendas en la alfombra,
desnudo, en neutro, en calmo,
… porque amaneció con ganas de triangular saliva por tu cuerpo,
y te pide por favor que entiendas, que amaneció de diosa y en pagano,
y necesita que en su boca, se produzca aquella maravilla,
de extenderse lentamente, la mía fruta fálica hacia el cielo.

El placer subió los escalones.
Mi sacerdotisa revienta sus orgasmos en mi boca.
Yo que soy el prisionero, estallé mis Aguas Vivas en la suya.
Saltaron las aguas primitivas,
en tiempo jungla,
en tiempo animal y dios al mismo tiempo.

Nos bebimos.
Luego, abrazados,…. mezclamos en las bocas los licores.
Entendí tu placer, en el placer de sentir mi propia Agua Viva traída por tu boca.
y entendiste mi gozo, en el gozo de tener tus propios jugos, en tu boca.

Ahora entiendo el Universo,
mascándose y tragándose a si mismo,
para nacer cada segundo.

Hundido en el silencio


Eso de saber a medias,
eso de creer que sólo el labio puede un beso,
eso de creer que alguna vez usé mis ojos
para ver detrás de tu neblina,
eso de no saber la música que llevas en la piel, encaramada,
eso de no saberte catarata,
y no percibas cuánto tus manos se demoran
creando un movimiento que pueda ser caricia,
eso de creer que no se puede leerte como carta
cuando un pañuelo azul te anilla el cuello,
eso de no enterarte que puedo descifrar
el flujo de la sangre escrita en tus mejillas
o el leve asomo lagrimal al ritmo taquicardia
cuando debes callar, para que nadie sepa tu desnudo,
.... eso, todo eso
me ha hecho equivocarme.

Es hora del silencio
por que hay cosas que no están en tu inventario.

Pájaros me cruzan por la mente
y traen las astillas,
aires, sombras, soplos de sol,
granos de barro y hojas,
pequeños trozos de todo me llenan la memoria
y luego, en sueño o fantasía
comparo, prescribo, reconstruyo,
fundo nuevas coincidencia en los rostros
y les doy un nuevo nombre
a las manos
y algunos corazones a mi antojo.

Tanta gente en esta alquimia
terminaron en raíz, enormes mares de agua dulce,
o apenas en silueta
árbol de peces muertos,
y tú
en barco cristalino con un pañuelo azul que te anillaba el cuello.

Eso de yo saber que todo es greda,
eso de yo jugar a buscar formas,
eso de yo volver a darle aliento
y verlas zigzaguear el primer vuelo,
eso de yo girar hacia el consuelo
a todo lo que duele o nos rechina,
eso de yo saber de donde emergen
los modos de tiempos que se doblan
de tiempos que se guardan en espejos
de tiempos sacudidos
de polvo de esos tiempos
de nuevas teñiduras
de alas renacidas,
eso de yo saber usar pupilas de la alquimia
eso de conocerte transmutada
... me ha hecho equivocarme.

Fue un error sacar al sol, frente a tus ojos
el barco cristalino con un pañuelo azul que te anillaba el cuello.

Eso que tú sabes
que no eres quien para ser pensada Dulcinea,
eso de saber que tú no puedes tener un Don Quijote,
eso de creer que nadie incendiará ciudades
y mandará un caballo con hombres y cuchillos escondidos,
eso de tener tan claro que consistes en tu historia, solamente,
como piedra chocando con el agua
y nada más allá
ni ondas, ni olas, ni reverberaciones,
sin nadie salpicado por las gotas,
... me ha hecho equivocarme.

Eso de también saberme a medias
hará guardar mi lanza y mi armadura,
a Sancho le diré que ahora no estoy loco,
que puede acompañarme sin cuidado
a comprar la harina en los molinos.

Eso de yo sentir lo bello en la locura
eso de yo tener esta locura en bello
eso de tú de saberme tanto a medias
...me ha hecho equivocarme.

Fue un error sacar al sol, frente a tus ojos
el barco cristalino con un pañuelo azul que te anillaba el cuello
... es hora de hundirlo para siempre en el silencio.

Este milagro mío


Este milagro mío de tenerte entre las cejas,
este milagro adentro,
este que habitas toda descalza por mi mente
esto de ser tu casa,
esto de que te traje, te robé, sin que supieras
esto en mi fantasía,
esto de que eres otra
a pesar de ser la misma,
este milagro mío que conozco a la secreta
me hace contarte cosas,… de tu otra.

Sucedemos en binario en este espacio.
Cuerpo tuyo, cuerpo mío, es nuestra Cena.
Alma tuya, alma mía, es nuestra lengua.
Aquí lo que sucede es simultáneo.
Aquí cuando te miro, te humedeces.
Aquí cuando me miras, me crezco y endurezco.
Aquí, de libertad vamos mordiendo.
Aquí, gozarnos es sufrirnos lentamente
porque
no debemos ir a ningún lado,
todo consiste en estar, desnudos, levitando,
en esta comunión
de este milagro mío.

Ojalá no te ladren las leyes secretas
cuando sepas qué hicimos
… cuando sepas de anoche.

Tú me interpretas todo, en arquetipos.
Antes de ti, recuerdo que mis dedos, eran apenas eso.
Pero un día, mi pulgar fue atrapado por tu boca
y le hiciste el amor con lengua y con saliva
y le dijo tu rostro y a mis ojos entornados:
… Fauno, Fauno mío.

Y luego el anular
y luego en leve, mordiendo la palma de mi mano.

Fauno, fauno mío
no tengo boca ahora
ella aprendió el oficio de mi caverna abajo,
ella enseña a tus dedos el Arte de erecciones.

Dedos faunos,
trago sales de tus poros,
mamo todo lo que sudas,
me lo trago,
y me encanta sorprender tus ojos
cuando sientes
que mis labios son un nido de profanos dioses
apretando tres dedos en mi boca
hasta hacerte estallar en ojos blancos.

Y entendí que tú estás en todas partes.

Entendí que hundirse en tu mirada
es penetrar en ti de igual manera
… que tu vientre es tu frente,
que tu pubis también está en la oreja,
que no hay sitio en tu dulce y tibia geografía
donde no pueda nunca entrar como en mi casa.

Entonces deslicé la mano que comiste,
en ruta por la espalda.

Y tú ya lo sabías.

Fuiste gata de bruces y la almohada.
Fuiste que exigías que yo entrara.
entre dos montes de carne y maravilla,
manzanas repetidas donde comienza toda
o se termina toda la senda de tu espalda.

Fauno mío, me dijiste
… bendíceme
… no debe haber lugar donde no puedas
derramar el licor que más me embriaga.

Y entonces, con la misma suavidad
que entró mi mano a ser gozada por tu boca,
me propuse en tu atrás, en levemente,
te levantaste más y te ofreciste.
Mi jugo seminal tocó tus pliegues
y entré como una pluma
a ser comido.

Estuve todo en ti,… y toda me tenías.

Nos pronunciamos frase nunca dichas,
dictadas por los dioses en la sombra de nuestras fantasías.

Y juntos repetimos,
mientras yo era licor en derramado
y tú eras en gata sobre almohada en lo gozoso:
ángel mío,
fauno mío,
carne cruda entre nosotros,
bendito sea Dios,
porque donde entra el amor, nunca es profano.