miércoles, 16 de julio de 2008

Hundido en el silencio


Eso de saber a medias,
eso de creer que sólo el labio puede un beso,
eso de creer que alguna vez usé mis ojos
para ver detrás de tu neblina,
eso de no saber la música que llevas en la piel, encaramada,
eso de no saberte catarata,
y no percibas cuánto tus manos se demoran
creando un movimiento que pueda ser caricia,
eso de creer que no se puede leerte como carta
cuando un pañuelo azul te anilla el cuello,
eso de no enterarte que puedo descifrar
el flujo de la sangre escrita en tus mejillas
o el leve asomo lagrimal al ritmo taquicardia
cuando debes callar, para que nadie sepa tu desnudo,
.... eso, todo eso
me ha hecho equivocarme.

Es hora del silencio
por que hay cosas que no están en tu inventario.

Pájaros me cruzan por la mente
y traen las astillas,
aires, sombras, soplos de sol,
granos de barro y hojas,
pequeños trozos de todo me llenan la memoria
y luego, en sueño o fantasía
comparo, prescribo, reconstruyo,
fundo nuevas coincidencia en los rostros
y les doy un nuevo nombre
a las manos
y algunos corazones a mi antojo.

Tanta gente en esta alquimia
terminaron en raíz, enormes mares de agua dulce,
o apenas en silueta
árbol de peces muertos,
y tú
en barco cristalino con un pañuelo azul que te anillaba el cuello.

Eso de yo saber que todo es greda,
eso de yo jugar a buscar formas,
eso de yo volver a darle aliento
y verlas zigzaguear el primer vuelo,
eso de yo girar hacia el consuelo
a todo lo que duele o nos rechina,
eso de yo saber de donde emergen
los modos de tiempos que se doblan
de tiempos que se guardan en espejos
de tiempos sacudidos
de polvo de esos tiempos
de nuevas teñiduras
de alas renacidas,
eso de yo saber usar pupilas de la alquimia
eso de conocerte transmutada
... me ha hecho equivocarme.

Fue un error sacar al sol, frente a tus ojos
el barco cristalino con un pañuelo azul que te anillaba el cuello.

Eso que tú sabes
que no eres quien para ser pensada Dulcinea,
eso de saber que tú no puedes tener un Don Quijote,
eso de creer que nadie incendiará ciudades
y mandará un caballo con hombres y cuchillos escondidos,
eso de tener tan claro que consistes en tu historia, solamente,
como piedra chocando con el agua
y nada más allá
ni ondas, ni olas, ni reverberaciones,
sin nadie salpicado por las gotas,
... me ha hecho equivocarme.

Eso de también saberme a medias
hará guardar mi lanza y mi armadura,
a Sancho le diré que ahora no estoy loco,
que puede acompañarme sin cuidado
a comprar la harina en los molinos.

Eso de yo sentir lo bello en la locura
eso de yo tener esta locura en bello
eso de tú de saberme tanto a medias
...me ha hecho equivocarme.

Fue un error sacar al sol, frente a tus ojos
el barco cristalino con un pañuelo azul que te anillaba el cuello
... es hora de hundirlo para siempre en el silencio.

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